El estrés del vuelo y el ambiente seco de la cabina pueden dejar tu piel luciendo y sintiéndose apagada. Aquí tienes una rutina de cuidado de la piel en cinco sencillos pasos para asegurarte de que tu cutis sobreviva al vuelo:
Elimina el maquillaje y lava tu rostro
Antes de abordar el avión o una vez que estés en tu asiento, quítate todo el maquillaje y lava tu rostro con un limpiador suave que elimine las impurezas y equilibre el pH de tu piel.
Hidrata tu piel:
Después de limpiar tu rostro, aplica un suero con ácido hialurónico para mantener la humedad de la piel y promover una función celular saludable. Luego, usa una crema facial para sellar la humedad. Considera llevar contigo una bruma facial para refrescar tu piel durante el vuelo.
Protección solar
Aunque estés dentro del avión, los rayos UV pueden penetrar a través de las ventanas. Aplica un protector solar con un factor de protección adecuado para proteger tu piel durante el vuelo.
Transforma tu vuelo en un spa
Lleva contigo una mascarilla hidratante para aplicar durante el vuelo y algunos aceites aromáticos para crear un ambiente relajante. También puedes realizar ejercicios de respiración o meditación para reducir el estrés.
Mantente hidratado y come bien
Bebe suficiente agua durante el vuelo para contrarrestar la deshidratación causada por el ambiente seco de la cabina. Evita el alcohol y los alimentos salados que pueden deshidratarte aún más. Considera llevar contigo snacks saludables como barras de proteína de colágeno para mantener tu energía y nutrir tu piel desde adentro hacia afuera.
Siguiendo estos simples pasos, puedes ayudar a que tu piel se mantenga hidratada y radiante durante todo el vuelo, llegando a tu destino luciendo fresca y descansada. Recuerda también levantarte y moverte regularmente para mejorar la circulación y evitar la retención de líquidos. ¡Buen vuelo!
